Cuando oímos la palabra meditar, lo primero que nos viene a la cabeza es la imagen clásica del monje Zen en posición de Loto; algo muy alejado de los hábitos y costumbres occidentales. Pero nada más alejado a la realidad es lo que descubrimos cuando se entra en contacto con esta antigua técnica.
La meditación, se trata de un sistema muy sencillo a través del cual conectamos con nuestro yo interior y al mismo tiempo armonizamos nuestra mente y emociones, dejándonos preparados para afrontar la estresante vida diaria en la que nos desenvolvemos.
De sus beneficios incluso a nivel científico ya nadie duda:
- Fundamentalmente elimina el estrés acumulado y lo previene.
- Disminuye la presión sanguínea y la ansiedad, reduciendo también problemas relacionados con la tensión como dolores de cabeza, úlceras, insomnio, problemas musculares…
- Mejora el sistema inmune.
- El cerebro produce una mayor cantidad de serotonina, mejorando la sensación de bienestar y el buen humor.
- Con la práctica regular de la meditación, desarrollamos la creatividad y la intuición; generamos claridad y paz mental, afrontando los problemas de forma más objetiva y práctica. Nuestra ansiedad disminuye, estabilizándonos emocionalmente.
- La Meditación es un camino hacia una vida más tranquila y lúcida.
Dado que no existe en occidente una difusión adecuada de esta técnica, es una gran desconocida, de la que acabamos tomando conceptos e ideas erróneas tales como que “sirve para evadirse de la realidad”, es para “orientales o frikis”, o “para iluminados y maestros espirituales”.
La meditación es una práctica, es decir, un proceso de experimentación, mediante el cual entramos en contacto con aspectos y estratos, tanto de nosotros mismos como del universo, a los cuales no es posible acceder por otros medios.
A través de la práctica de la meditación aumenta el rango de conocimiento de ciertos objetos ya conocidos, de forma superficial, adquiriendo un saber más profundo de los mismos, así como de otros nuevos que habían pasado desapercibidos para nosotros.
Se trata de una técnica evidentemente práctica de la que no podemos teorizar en exceso; para saber de ella se debe de practicar…
