Entre los años 1928 y 1936, Edward Bach, médico bacteriólogo y homeópata inglés, a través de sus estudios inicia esta técnica. Se trata de preparados naturales de flores silvestres.
En el año 1977 este sistema es reconocido y recomendado por la OMS (Organización Mundial de la Salud).
Son compatibles con cualquier otra medicación y tratamiento y no tiene contraindicaciones ni efectos secundarios.
El sistema original está basado en 38 esencias florales que proporcionan remedios que reequilibran energéticamente nuestro sistema emocional, físico y mental. Son catalizadoras, depurativas y preventivas.
Están indicadas para el insomnio, la ansiedad, el estrés, la angustia, temores injustificados, apatía y otras disfunciones de origen mental y emocional.
Con ellas se podrá prevenir una larga lista de enfermedades que la psiquiatría tradicional denomina como “psicosomáticas”, además de estreñimiento, diarrea, alergias, gastritis, contracturas, fatiga crónica.