El Tarot es uno de los oráculos mas populares y por la misma razón más denostados de los últimos tiempos. Aunque existen discrepancias sobre su origen incierto, a lo largo de los últimos siglos su uso se popularizó y extendió ante la necesidad que tiene el ser humano de conocer su destino; la incertidumbre y el miedo, provoca la búsqueda de respuestas ante lo que escapa a nuestra razón.
Aunque tradicionalmente se ha usado el Tarot para vislumbrar una previsión del futuro del consultante, cualquier estudioso serio del mismo, es consciente de que como cualquier oráculo, el Tarot solo marca la linea en la que estamos inmersos y a donde nos dirigimos; pero el ser humano, disfruta de libertad de albedrío, y esa línea, puede bifurcarse, dividirse, cruzarse o cortarse en cualquier punto, desbaratando la linea original.
El gran descubrimiento que nos brinda el Tarot, y que lo hace distinto a otros sistemas de adivinación y oráculos, es su enorme riqueza y potencial, más allá de un juego de adivinación de sobre mesa.
Su simbología, su lenguaje visual, cada uno de sus Arcanos, están cargados de información, que muta constantemente en función de diversas variables.
Cuando hablamos de “Tarot evolutivo”, estamos enfocándonos no en la tirada estandarizada de cartas de Tarot, sino en un sistema de auto conocimiento y crecimiento personal, que nos orientará, apoyándose en lo que traemos en nuestra evolución y lo que somos. Mas que un sistema de adivinación de futuro, es una vía para sanar nuestro presente. Por supuesto que nos marca el camino hacia el que nos dirigimos, pero es un camino que desde el presente, el aquí y el ahora puede ser trabajado; reforzado si el positivo y creativo, o mutado, buscando las carencias y las actitudes toxicas, que nos lanzan a un destino incierto y poco alentador.