Por A. Luis Asencio
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07 may, 2020
Mi primera noticia acerca de Reiki fue hace 18 años. En aquel entonces se presentó como algo esotérico y casi de hechicería. Una técnica que, a través de la imposición de manos, obraba maravillas, sanando y ayudando a otras personas. En la que el tiempo y el espacio no existían. ¡Qué bonito sonaba! Por aquel entonces yo ya llevaba tiempo meditando, trabajando con terapia floral, e investigando en temas de esoterismo y parapsicología. Huelga decir que en el momento que llegó reiki a mis oídos, decidí investigar y saber más sobre aquello. El primer paso buscar a alguien medianamente serio que me mostrara algo sobre esta técnica mágica que había llegado a mis oídos. Mientras buscaba la persona adecuada, la propia vida me la trajo, y digo por causalidad que no casualidad. En un centro de formación con el que yo colaboraba en aquel entonces, apareció una amiga de la propietaria que “casualmente” era maestra de Reiki y quería ofrecer allí sus cursos. Allí comenzó mi formación. Mi gran y más grata sorpresa fue que aquel sistema aparentemente mágico, o quizá fraudulento, se descubrió como una técnica de trabajo energético, sencilla, segura y muy eficaz; sin magias ni esoterismos. Con un potente sistema de trabajo personal que se torna en una herramienta de crecimiento personal como pocas. Todas estas conclusiones están basadas en mi propia experiencia; cuanto más lo practicaba, más asombrosos eran los resultados, y mayor mi deseo de seguir formándome para conocer más y compartir. Siempre he buscado maestros serios, que no mezclasen la técnica en sí con sistemas propios u otros de dudosa procedencia. Experimentando cada concepto y practicando e integrando la técnica en mí. Hoy en día, me he formado en cuatro maestrías en reiki además de una diplomatura como terapeuta profesional, a través de la Federación Española de Reiki. Y sigo trabajando… Hablemos ahora de reiki y su origen El “redescubridor” de esta técnica fue MIKAO USUI, japonés nacido en Gifu (Japón) el 15 de agosto de 1865. Formado como monje budista Tendai, estudió Qi Gong, una técnica que conlleva técnicas de meditación, respiración, y movimientos pausados y lentos. El objetivo de esta técnica es equilibrar y mejorar la salud. Usui, viajó por Japón, China y Europa, estudiando religión, filosofías, metafísica, medicina y todo lo relacionado con el desarrollo espiritual. El 1922, en Tokio, creó la sociedad llamada “Usui REIKI Ryoho Gakkai”, cuyo significado en castellano es “Sociedad para la sanación con REIKI USUI”. Ahí comenzó a practicar REIKI y dar conferencias. Inició a unos 2000 practicantes de Reiki, desarrollando seis niveles o grados de formación. Hawayo Takata (la introductora de Reiki en occidente y discípula de Usui), unió según se dice, los tres primeros niveles convirtiéndolos en lo que hoy es el primer nivel. La Sra. Takata fue la introductora de Reiki en occidente a través de su país (EE. UU.), y modificó sustancialmente la historia de Usui para introducirla en la cultura occidental. En japón, en la tumba de Usui, existe una lápida con inscripciones relatando la vida y experiencias de Usui y su creación de Reiki. Reiki se extendió por Estados Unidos, Suramérica y Canadá. La Sra. Briggitte Müller, fue la introductora de Reiki en Europa sobre el año 1980. Hoy en día existen más de 30 modalidades de Reiki, de las cuales destacaríamos dentro de los sistemas occidentales, los sistemas: Usui Japonés, Tibetano y Karuna; todos ellos tienen la misma base y utilizan Reiki. Pero vayamos a lo que interesa realmente, ¿Qué es Reiki? El significado de la palabra reiki es “energía universal”, pero ¿qué entendemos por esto?; hablamos de energía si, pero de energía a un alto nivel vibracional. Si llevamos nuestra percepción a entender que todo lo que existe es energía vibrando a diferentes frecuencias (y esto es un dato físico y no fantasía o misticismo), comenzaremos a entender los niveles vibracionales. Por poner un ejemplo: El agua, H2O. Se compone de dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno. Cada átomo, está compuesto por un núcleo formado por protones y neutrones, y electrones girando alrededor, y son los que forman su materia. Esta materia forma una parte ínfima del átomo, el resto en el interior de este no es vacío, sino ENERGIA. Toda la realidad que nuestros sentidos perciben y decodifican está formada por átomos. Los mismos átomos están separados entre sí a gran distancia; si aumentáramos un átomo al tamaño de una pelota de baloncesto, el siguiente, se encontraría a 300 metros de distancia. Nuestra percepción de estos varía en función de su nivel vibratorio. Volvamos al ejemplo del agua para entendernos mejor. Si a un litro de agua le aplicamos calor, esta se evapora y se convierte en gas. Si al contrario le aplicamos frío, pasa a congelarse. En todos los casos sigue siendo H2O, pero ¿qué cambió? Su frecuencia vibratoria. Así podemos entender que todo lo que percibimos en este plano, es energía, y que su diferencia radica en su frecuencia de vibración. Reiki aquí sería energía, pero a un nivel de vibración muy alto. La persona que practica Reiki, tras ser sintonizada, canaliza esta energía para sí misma o para otros. Pero ¿cuál es la función de Reiki? El practicante de reiki lo usa para equilibrar y desbloquear su sistema energético o el de otros. Es una técnica que entra dentro de las terapias energéticas y que debe de ser usado como terapia complementaria y no alternativa. El ser humano, al igual que todo lo que existe en nuestro plano es energía; y esa energía en el cuerpo está activa continuamente. Al igual que poseemos un sistema nervioso, un sistema circulatorio, un sistema linfático, también existe un sistema energético en los seres vivos. Este sistema fluctúa en consonancia con la persona, sus pensamientos, acciones y emociones. A menudo esa energía por diversas causas se bloquea, y un bloqueo prolongado puede degenerar en un problema a nivel físico. Con reiki vamos a equilibrar ese sistema energético y desbloquearlo. Cuando esto sucede, la parte física comienza a actuar de forma armónica y consecuentemente, a activar su sistema autoinmune y regenerativo, solucionando muchos problemas a nivel físico. No es reiki el que sana, sino que a través de él conseguimos que la parte física se recupere de forma gradual y natural. Su efecto no solo trabaja a nivel físico, sino que, además influye a nivel emocional y mental; su trabajo es holístico. Reiki no tiene efectos secundarios ni contraindicaciones; la energía simplemente se distribuye por el cuerpo, derivando al exterior el sobrante. Su efecto inicialmente es de relajación, generando una sensación de calma y tranquilidad. En algunos casos los desbloqueos de energía pueden tener efectos a nivel emocional o físico, pero esto es algo positivo ya sería un indicador de que la persona está desbloqueando y limpiando para equilibrarse. Aunque en el sistema japonés no se utilizaba el trabajo con chakras, ya que estos corresponden a la tradición del hinduismo, en occidente se han incorporado, ya que para el trabajo energético nos aportan una completa herramienta para entender los centros de gestión de energía; existen multitud de sistemas que ordenan los sistemas y centros de gestión en 4, 6 o incluso 12 (sistema de chakras transpersonales); en mi experiencia, el sistema hindú de 7 chakras nos ayuda de una manera más específica y concreta a la hora de trabajar el sistema energético, su funcionamiento y su relación con los centros mentales y emocionales de la persona. El punto más esotérico o mágico de reiki es la iniciación o sintonización, donde el maestro sintoniza al practicante de reiki y lo convierte en canal de esta energía. Y hablamos de magia visto desde el exterior, ya que aquí tampoco es tal. La iniciación de reiki es ceremonial, sí; pero hablamos de que el origen es japonés, ¡y los japoneses tienen ceremonias hasta para tomar el té! Dentro de esta iniciación el maestro simplemente realiza unos cambios en el sistema energético de la persona que va a ser iniciada, para que ésta, pueda canalizar reiki. Es reiki no es exclusivo de un iniciado, ni muchísimo menos; practicantes de yoga kundalini y meditación, Qi gong y algunas otras técnicas, tras mucho trabajo y práctica pueden abrir su propio canal y trabajar con reiki. La ventaja del sistema de Usui es que, tras la sintonización, el aprendiz puede comenzar a canalizar en el momento. Es inmediato. Pero vamos a pasar a la parte más potente de trabajar con reiki. Cuando Mikao Usui desarrolla el sistema, se da cuenta que, para ser un buen canal de energía, el practicante de reiki será mejor cuanto más equilibrado física, mental y emocionalmente esté , y por ello el sistema te da unas herramientas de trabajo, que resultan un importante sistema de crecimiento personal. Por un lado, el trabajo con los cinco principios Reiki; el sensei Usui seguidor del emperador Meiji Tenno, realiza una selección de 125 poemas (Gyosei) escritos por Meiji, por su contenido y enseñanza para utilizar en sus enseñanzas de Reiki, buscando armonizar mente, emociones además del equilibrio y la salud. Cuando da forma al sistema Usui Reiki Ryoho, genera los Gokai, o principios que conocemos actualmente. Son 5, y esta es la transcripción literal de los mismos: Xoofu kuno jijoo “El secreto para invitar a la Felicidad” Mambyo no Reiyaku “El remedio espiritual para todas las enfermedades” Kio dake wa “Sólo por hoy” I karuna “no te preocupes” Shinpai suna “no te enojes” Kansha shite “sé agradecido” Gyo wo hagueme “trabaja duro” Hito ni sinsetsu ni “sé amable con los demás” Asa yuu gassho shite kokoro ni neji kuchi ni tonaeyo “Ponte en postura de gassho y recítalos verbalmente y en tu corazón por la mañana y en la tarde” Shin Shin kaizen, Usui Reiki Ryoho “Mejora de mente y cuerpo Usui Reiki Ryoho” Chosso Usui Mikao “El iniciador, Mikao Usui” Quedando en la actualidad como sigue: Sólo por hoy, no te preocupes Sólo por hoy, no te enfades. Sólo por hoy, sé honesto. Sólo por hoy, sé agradecido. Sólo por hoy, sé amable con los demás. Estos cinco principios, tan sencillos y complicados al tiempo, suponen una vez que profundizas en ellos una herramienta conductual que genera una estabilidad y equilibrio importantes a niveles emocional y mental. Reiki es una herramienta terapéutica complementaria, por supuesto, pero además un potente sistema de crecimiento personal como ya he indicado antes. Te hace consciente de tus propios bloqueos, que te autolimitan; te enseña a irlos depurando y cambia tu perspectiva de la propia vida, a través del entendimiento de cómo funciona y se gestiona tu sistema energético. Tus miedos, tus patrones heredados, los adquiridos, cada actitud tóxica, ha quedado grabada en tu campo energético como una memoria existencial. Ir liberando progresivamente esos bloqueos nos permiten asimilarlos, cambiar esa perspectiva e ir creciendo a nivel interior. El reflejo físico de dicho cambio se hace evidente y tu vida cambia en todos los aspectos, física, mental y emocionalmente. Quiero recalcar, que no hablamos de un sistema de creencias; no se trata de una religión. Mis alumnos abarcan casi todas las creencias: cristianos, musulmanes, judíos, ateos, agnósticos, budistas… Cada uno de ellos ha trabajado con reiki sin necesidad alguna de cambiar sus creencias, ya que no afecta a las mismas. Al contrario, se trata de un trabajo experiencial que amplía nuestra perspectiva de la realidad, aportándonos una nueva apreciación, más clara y abierta de lo que somos. No es necesario creer en reiki; experimentas, aprendes y a través de los resultados, vas integrándolo en tu vida. Por último, he de recalcar la importancia de elegir al maestro adecuado. El maestro de reiki no es sólo aquel que dispone de un título escrito que lo certifique. Hoy en día, como en todos los ámbitos, no es complicado conseguir un título por vía rápida con un poco de dinero. El formador que elijas ha de darte unas garantías a través de su linaje, su formación y los seminarios que imparte. Los cursos han de tener unos contenidos mínimos y una parte práctica, con lo que desconfía de aquellos que ofrezcan una formación rápida (4 o 5 horas) para los niveles iniciales, o que te formen como maestro en 8 horas. Hay mucha materia que integrar y practicar. A veces por elegir algo más económico, el resultado es a la larga más caro. Como dije al principio hay muchas variantes de reiki, y es importante comenzar por uno de los sistemas tradicionales que no mezclen otras disciplinas o esoterismos. Si luego tu búsqueda te pide ampliar, siempre podrás aprender otros sistemas más modernos y eclécticos. Una vez realizado tu primer seminario o nivel de reiki, sales preparado como practicante y puedes trabajar contigo mismo y tu entorno más inmediato, pero que no te engañen, los niveles de reiki te dan formación para tu trabajo personal y más inmediato. Por supuesto que puedes dar reiki a otros y ayudar, pero si te quieres dedicar a ello a nivel terapéutico, deberás formarte como terapeuta profesional. Con una formación que te de unas bases mínimas para trabajar con pacientes que sufran diversas patologías y acompañarlos en su proceso de sanación. Aplicándolo en medicina integrativa; como complemento y no sustitutivo de los tratamientos alopáticos. Los cursos de los niveles tradicionales, en occidente suelen ser de 3 o 4 niveles. En reiki Usui Tibetano, son cuatro y se distribuyen así: Nivel I – Es el de iniciación y trabaja sobre todo a nivel físico. Sube nuestra frecuencia vibratoria depurándonos físicamente. Aprendes a auto tratarte y tratar a otros. Nivel II – El denominado mental y emocional; nos introduce en la comprensión cuántica de la energía, y nos elimina las barreras del tiempo y espacio. Seguimos aumentando nuestra vibración energética. Nivel III – También conocido como maestría interior, o nivel espiritual. Nos da nuevas herramientas de trabajo, y el conocimiento más avanzado sin necesidad de formarnos como maestros para impartir reiki a otros. Maestría – En este nivel se forman nuevos maestros que quieran dedicarse a la difusión de reiki. Es importante remarcar, que existen diferentes niveles porque es necesario ir integrando y practicando cada uno de ellos antes de acceder al siguiente. El tiempo entre niveles no es exacto, puede variar dependiendo de la persona, pero lo ideal sería un mínimo de 3 meses del primer al segundo nivel, seis meses mínimos, del segundo al tercero, y algo más de tiempo para la maestría. De hecho, en mi caso, no comienzo una maestría sin antes entrevistarme con el aspirante y comprobar que esté preparado. Hay muchos caminos y vías de crecimiento y cada uno debe de elegir aquella que resuene más con su forma de ser. No hay que menospreciar unas u otras; el camino no es el mismo para todos, pero una vez que eliges, hazlo con consciencia y trabájalo. Yo elegía esta vía, LA VIA DEL REIKI.